Arrest this girl

Diria que lo escribi yo.. pero no

Que alguien venga y se lleve a esta chica. No deja de asentir con la cabeza, diga lo que diga el profesor. Hace movimientos pronunciados de afirmación. Parece que sabe más que el resto de la clase, un número indeterminado de alumnos. Asiente con la cabeza si se dice que la capital de Irlanda es Dublin. Y también asiente si se dice que los osos panda se están extinguiendo. Y también asiente si se dice que la cultura puede definirse como un conjunto de obras artísticas que los miembros de una generación consideran dignos de ser transmitidos. No sólo asiente, levanta la mano y dice lo obvio: Harold Bloom. Mi mamá es panadera y sabía que lo obvio en ese momento era decir Harold Bloom. Pero la chica lo dice. El profesor la ama. La chica vuelve a asentir con la cabeza. No sé que pasa en la clase. Sólo veo una cabeza fluctuando, un cuerpo oval cubierto de pelos que me amenza todo el tiempo “sé más que vos, sé más que vos… leí tres frases de Harold Bloom”. Que alguien venga y se la lleve, por favor. Tiene pantalones de niña jipi. Me hace sentir enfermo. Tengo una extraña sensación de gripe de pantalones de niña jipi. La cabeza se sigue moviendo “sé más que vos, sé todo lo que hay que saber, sé todo lo que se dice, sé pronunciar correctamente Harold Bloom”. El resto de la clase -un número indeterminado de alumnos- se me hace borroso contorno de una cabeza con pantalones de niña jipi que se hamaca en un vasto gesto afirmativo que inevitablemente me amenza: “yo confirmo todo, vos no, un número indeterminado de alumnos detrás de mí, tampoco, yo sí, y Harold Bloom también”. El aula se me figura un cielo tormentoso de van gogh, un torbellino acuarelado del que emerge la cabeza confirmativa de la niña jipi que leyó tres frases de Harold Bloom. Afuera hay autos, trenes, aviones, gente. Que alguien de afuera venga y se la lleve. Yo leí tres frases de Betiana Blum, que debe ser la hija.